FINANZAS: EL AÑO QUE VIENE

Es de todos conocido que la situación económica del país (y de todo el mundo en realidad) se enfrentará con problemas difíciles de superar; en parte por la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y en parte a las decisiones del nuevo gobierno en México que desalienta la inversión (tanto interna como externa) generando desconfianza para la generación de nuevos negocios y el crecimiento de la economía en su conjunto.

Una de las decisiones fundamentales que está generando este clima de incertidumbre, desde el punto de vista doméstico, es el planteamiento tanto de los Criterios Generales de Política Económica, como de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación, dado que establecen variables económicas para su desarrollo que son muy difíciles de cumplir, por no decir que imposibles.

Entre ellas se encuentra en primer lugar la estimación del PIB para el 2025 con un crecimiento del 2.3%, cifra que nadie, salvo la Secretaría de Hacienda, tiene contemplada. La Estimación del Banco de México es de 1.2% y la de los Analistas de la Encuesta de Banamex es de menos del 1%.

Por otro lado, la estimación del Tipo de Cambio de la SHCP es de $18.70 pesos mexicanos por dólar estadounidense, situación que se vislumbra muy optimista dado el entorno económico y sobre todo político que se avecina con la nueva Administración Norteamericana a partir del 20 de enero próximo.

Todo esto se conjunta con una contracción del Gasto Público programable para el 2025, pues uno de sus objetivos fundamentales es la reducción del Déficit Público del 5.9% al 3.9% del PIB, lo cual representa una disminución muy fuerte, que afecta a áreas muy sensibles del Gobierno como lo son Salud y Educación, pero también a las participaciones federales hacia los Estados y Municipios.

El Presupuesto considerado para la inversión en Infraestructura como Comunicaciones y Distribución eléctrica es mínimo, lo que acota las posibilidades de inversión productiva en todos los niveles.

Por si todo esto fuera poco, la incertidumbre generada por la Reforma Judicial enrarece el clima de negocios e inversión, y generará problemas enormes para la ciudadanía, por la falta de experiencia de quienes conformarán próximamente al Poder Judicial en todo el país.

Por supuesto todo esto no deja de ser una serie de estadísticas y números macroeconómicos, y tal vez por ello la ciudadanía en general no les presta mucha atención, pero es responsabilidad de nosotros los analistas, de poner a disposición de las personas la información que necesitan para que puedan tomar decisiones hacia adelante, bien como micro, pequeños o medianos empresarios o como profesionistas independientes, técnicos en los diferentes oficios o simplemente como personas físicas comunes, consumidores de bienes y servicios, que al fin y al cabo, somos todos sin importar edad, nivel socioeconómico o género.

De ahí que la primera recomendación para el 2025 es evitar a toda costa endeudarse y pagar cuanto antes los créditos que se puedan tener, pues el próximo año augura una contracción económica fuerte que repercutirá en el nivel de gasto de las familias y por consecuencia, redundará en una disminución de los ingresos; aunado a esto, la inflación seguirá permeando en la economía afectando los diferentes estratos de gasto, disminuyendo así la posibilidad de la compra de los bienes e insumos necesarios.

En la medida en que vaya pasando el tiempo y nos acerquemos al inicio del 2025, iremos analizando cada sector para poder brindar información sólida y confiable para la toma de decisiones

De ahí la importancia del Año que Viene.

 

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