En general, puedes adquirir un seguro de vida a partir de los 18 años, que es la edad mínima en la mayoría de los países para firmar contratos de este tipo. A partir de esa edad, tienes la capacidad legal para comprometerte a pagar las primas y designar beneficiarios.
¿Por qué contratarlo desde una edad temprana?
- Primas más bajas: A una edad más joven, las primas suelen ser más económicas, ya que el riesgo de fallecimiento es menor.
- Cobertura continua: Si contratas un seguro de vida a una edad temprana, puedes contar con la protección de por vida, dependiendo del tipo de seguro que elijas.
- Acumulación de ahorros: Algunos seguros de vida con componente de ahorro o inversión permiten que el capital acumulado crezca a lo largo de los años, lo cual es una ventaja para quienes comienzan a temprana edad