Si bien el testamento es un instrumento que busca que se cumpla la última voluntad de la persona que lo otorgó respecto los bienes que le pertenezcan al momento de su fallecimiento, este instrumento no cumple la función de un título de propiedad, la idea errónea de que un testamento funge como un título de propiedad es muy recurrente entre las personas que no se dedican al ámbito jurídico y para ellos es este pequeño texto, el cual busca concientizar e informar que una vez otorgado un testamento y después del fallecimiento del otorgante del mismo, el instrumento en cuestión debe exigirse por el o los herederos ante la instancia competente ya sea Judicial o Notarial, este debe ejecutarse mediante los procedimientos legales marcados por la ley para terminar por cumplir la finalidad principal para la cual fue concebido y así al final derivar en un título de propiedad en favor de el o los herederos nombrados en dicho testamento, lo anterior conlleva un procedimiento legal llamado sucesión testamentaria en cual se tendrán que acreditar ciertos requisitos y se tendrán que pagar impuestos y derechos correspondientes.
En conclusión simple, el testamento es el inicio y la base de un proceso largo y legal llamado sucesión testamentaria para trasladar el o los derechos de propiedad del testador ya finado en favor de el o los herederos finales, esto no quiere decir que el testamento no sirva, la intención de este texto es incentivar a que las personas entiendan que después del testamento hay cuestiones legales que deberán desahogarse para poder ser dueños de los bienes que pertenecían al testador finado y que también existen otras opciones para trasladar sus bienes a sus familiares antes de su fallecimiento como lo es la donación pura y simple sin reserva de dominio y así no dejar toda la carga a ellos después de su fallecimiento, pero cada caso es diferente para lo cual siempre será mi recomendación acudir a una asesoría legal con su experto en derecho de confianza y ahí determina el testamento idóneo o el mecanismo legal adecuado para trasladar bienes en favor de la persona deseada.
